Hace una semana acepté el reto crochetero para tejer un bolso tal y como comentaba en mi anterior entrada. Apenas me quedaban ovillos en casa por lo que me fui de compras y como me gusta poco a mi ir de tiendas…jeje. Si hubiera podido, me hubiera comprado la tienda enterita :D. Tenía claro que necesitaba un bolso para ir para la playa que el otro día fui y cuando reviso el trastero para hacer el cambio de temporada, me doy cuenta de que el que usaba de paja tan mono ya no daba más de sí. Así que, ¡manos a la obra a por el que luciré este verano!
En la actualidad, diseñar conlleva un desarrollo de conceptos. Siempre es necesario plantearse una serie de preguntas y respetar el proceso de obtención de ese producto. Para tejer un bolso u otra pieza, las preguntas más relevante son: ¿Por qué necesito hacerlo? ¿De que materiales dispongo para ello? ¿Cómo puedo adaptar el objeto a mis necesidades? No obstante, siempre puedes hacer este test imprescindible para saber si lo tienes todo listo 😉
Tras varias horas buscando ovilllos, opté por usar trapillo y tejer a crochet XL. Después de varios bocetos analizando mis objetivos a cubrir, opté por diseñar mi propio patrón de manera que, se pueda cerrar sin necesidad de usar cremalleras. Quería que el propio material y su forma total tejida no requiriera de más gasto económico ni complementos.
Gracias a la combinación de un ovillo liso y uno estampado con tonos parecidos de color, consigo que el bolso tenga un poco de alegría, que eso siempre le sienta bien al cuerpo. 😉